Lo dejaré todo: Sucesos que siguen

Thursday, June 12, 2008

Sucesos que siguen

Capitulo 7


Sean abrió los ojos y vio el techo empapado por la lluvia caída, o al menos eso creía,anoche tenia tanto sueño después de haber intimado con la mujer que tenia al lado que ni siquiera se percato si llovía o nevaba, eso le pudo haber costado la vida de haberse encontrado a campo abierto. Pero esta vez solo estaban en medio del bosque.
Busco a tientas sus pantalones mientras se ponía la camisa, luego fue por los calcetines. Pateo el suelo para calzarse las botas, mientras miraba a su acompañante vuelta de espaldas y arrebujada en las sabanas, tenia un respirar tan tranquilo y melódico, sintió una leve tentación de meterse nuevamente bajo las mantas para abrazarla y estrechar su desnudes contra la de él, pero la aparto rápidamente de su cabeza. Tenia que hacer lo que tenia que hacer y no había vuelta atrás.
Salio de la tienda al tiempo que en su cabeza se repasaban una y otra vez las palabras del hombre que lo había contratado para esta ocasión:
-"Quiero que pague por todo el daño que me hizo, que su dolor sea tan tormentozo como el sufrimiento que me hizo sentir a mi y a mi mujer",- le habia dicho el hombre mientras depositaba una bolsa cargada de monedas de oro y plata. Quince eran de plata y unas cinco de oro, más de lo que el cobraba por llevar a cabo su trabajo, pero el hombre estaba cargado de odio y el no podia hacer nada contra eso, cuando un hombre odia a una mujer, no descansa hasta verla sufrir o saber que al menos lo hizo.- "Si no cumples con tu trabajo ya sabes lo que te pasara, todo el mundo susurra tu nombre y son miles los hombres que se ofrecerían casi voluntariamente a traerme tu cabeza en un saco".


Y no exageraba, lamentablemente.
Sean busco su bolso, era dificil pues los primeros rayos aun no llegaban a iluminar su tienda y la de la chica, el cielo estaba nublado y se veían pasar nubes cargadas de oscuridad que amenazaban descargar un aguacero como el que había caído anoche. El paisaje estaba todo empapado, si se puede decir que los arboles estaban llenos de agua y la tierra ya estaba echa una gruesa capa de barro. A lo lejos se oyo una garza gritar, fue un grito apagado que no se repitio nunca más, no se oia ningun pajaro cantar y tampoco habían animales visibles, todo el bosque estaba... apagado como si lo hubiesen detenido y nada se moviera, Sean se sintió como el único ser vivo en el mundo que debía hacer una barbaridad.
Finalmente encontro lo que buscaba lo tomo y evito mirarlo, apenas una ojeada para ver la pposiscion y lo etio bajo el pantalon. Se dirigio nuevamente dentro de la tienda y bajo la capucha de la entrada.

La chica estaba despierta, con los brazos apoyados tras de su cabeza, la sabana dejaba al descubierto uno de sus generosos senos, evitar mirarlo y sonrojarse le tomo un gran esfuerzo, sus azules ojos lo miraban como si le leyese el pensamiento. ¿Lo sabia?. Su bronceada piel estaba tan bella esa mañana. ¡Dios si que era hermosa!. Su castaño cabello era la perfecta combinación para esos labios carnosos.
Ella no se movio cuando Sean avanzo asia ella y le tomo la barbilla, para besarla, esos labios eran maravillosos, y sus ojos, eran tan intensos que su mirada parecia desnudarlo cada vez que se percataba en ellos. La beso apasionadamente y recorrio su espalda, la abrazo y suspiro mientras sumergía su rostro en esos cabellos que estabn perfectamente aromatizados con jabones y especias.
La tomo por los hombros y la obligo delicadamente a sentarse para que sus rostros quedaran a la misma altura, ella eerguida y desnuda y el frio como una roca.
Recorrio sus facciones y le despejo la cara de unos cabellos rebeldes que le cubrian un oj. ¡Esa mirada!
Sean no despego en un solo momento sus ojos de los de ella cuando nuevamente acercaba su boca a la de ella y su mano a su pantalon, la mujer apenas pestaño cuando la hoja del cuchillo se undio gracilmente por su gargantaba, ironicamente su cuerpo hasta era suave en eso. Ella continuo mirandolo, pero ya no era la vista de antes, eran los ojos de un cadaver, bajo sus parpados y la cubrio con delicadeza, casi la misma que utilizo con ella anoche, solo que esta vez ya no habia un tierna sonrisa que respondiera agradeciendo sus caricias.
La envolvió entre las sabanas y fue a enterrarla en el agujero que tenia preparado desde hace una semana.

Sean despertó y miro el cielo de la tienda, su respiración estaba agitada, y sus mejillas estaban húmedas, miro hacia el lado y ahí estaba Alejandra, mirándolo fijamente, sus oscuros ojos cafés le ofrecían un dulce consuelo.
-Estabas llorando, no quise despertarte porque me dio miedo a causarte más dolor del que te perseguía en esa pesadilla.-

Si, era una pesadilla, era la misma que tenia cada noche, la misma que lo perseguía fuera donde fuera. Había matado a una mujer en su vida y nunca se lo perdonaría, eso lo cambio para siempre y en parte respondía el porque el se odiaba tanto.
Nunca olvidaría ese nombre, nunca jamas. No pensaba irse de este mundo hasta no pagar la culpa de ese asesinato con su propio sufrimiento.
Alejandra se recostó contra su pecho y no dijo nada, eso era el mejor consuelo que podía recibir.

1 comment:

Anonymous said...

Yugs, daw nabasahan ko naman ni sa iban nga blog?